Bautismo
El Bautismo nos sumerge en su muerte y resurrección y nos da la vida nueva por su Espíritu, es el sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios.
Es el primero de los sacramentos porque es la puerta que abre el acceso a los demás sacramentos, y sin él no se puede recibir ningún otro.
Los efectos que produce el bautismo son: perdona el pecado original, y cualquier otro pecado, con las penas debidas por ellas. Se nos dan las tres divinas personas junto con la gracia santificante. Infunde la gracia santificante, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo. Imprime en el alma el carácter sacramental que nos hace cristianos para siempre. Nos incorpora a la Iglesia.
Se bautiza derramando agua sobre la cabeza y diciendo: "Yo te Bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" hay otros signos importantes, como la unción con el santo crisma, la profesión de fe y el compromiso de padres y padrinos de educar en la fe al bautizando.
En la parroquia se celebra habitualmente todos los primeros domingos del mes. Para apuntar el bautismo es necesario pasarse por el despacho parroquial para poder concretar el día y preparar la celebración.