Unción de enfermos
Cuando estamos enfermos, el Señor, se acerca por la unción eclesial a nuestro lado, para fortalecer nuestra debilidad.
El Sacramento de la Unción de Enfermos confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez.
Lo esencial del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo acompañado de una oración litúrgica realizada por el sacerdote o el obispo, únicos ministros que pueden administrar este sacramento.
La Unción de enfermos se conocía antes como "Extrema Unción", pues sólo se administraba "in articulo mortis" (a punto de morir). Actualmente el sacramento se puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave. Cada vez que un cristiano cae gravemente enfermo, puede recibir la Santa Unción, y también cuando, después de haberla recibido, la enfermedad se agrava. En cualquiera de estos casos, los familiares han de acercarse con tiempo a la Parroquia para solicitar la asistencia del sacerdote.
En la parroquia se celebra comunitariamente durante las fiestas de la Purísima. A los enfermos que no pueden asistir se les administra en su domicilio.