Miércoles de ceniza

El miércoles de ceniza comenzamos la Cuaresma. Es un “tiempo favorable”, un tiempo de gracia, un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón. Estamos convocados para subir con Cristo a Jerusalén, el lugar donde él sufrirá y morirá antes de resucitar con gloria. Esto quiere decir que estamos convocados con Él para sufrir y para morir a nosotros mismos y al pecado. También para renunciar al mal dentro de nosotros y a nuestro alrededor, de modo que podamos resucitar, personalmente y como comunidad, a una vida cristiana más profunda, hacernos más disponibles para Dios y para los hermanos, y ser capaces de prestar servicio con amor.
La imposición de la ceniza nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo. Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son: “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.