Matrimonio
En el matrimonio, el Señor, da sentido y bendice el amor de un hombre y una mujer, él, que en la cruz mostró su amor a la Iglesia, su Esposa.
El Matrimonio fue instituido por Dios cuando creó al hombre y a la mujer. Para los cristianos, Jesucristo lo elevó a la dignidad de sacramento; un sacramento que da a los esposos una gracia especial para ser fieles una al otro y santificarse en la vida matrimonial y familiar, ya que el matrimonio cristiano es una auténtica vocación sobrenatural.
El matrimonio se establece con el consentimiento libre de cada uno de los dos contrayentes manifestado ante el representante de la Iglesia.
Los bautizados que no hayan recibido el sacramento del matrimonio con anterioridad y que no tengan ningún impedimento de carácter eclesial, pueden contraer matrimonio. El acto sacramental del matrimonio, tiene un carácter público, ya que la comunidad oficia de testigos junto al celebrante (sacerdote o testigo cualificado de la Iglesia). Esta es una manifestación de un estado de vida que es público en la Iglesia, de allí su carácter y la necesidad de los testigos.
Por su naturaleza está ordenado a la generación y la educación de los hijos, al amor y ayuda entre los esposos y a su santificación personal.