MISA DE ENFERMOS EIMPEDIDOS

El día se abrió de par en par con el anuncio de las campanas. El templo de Santa María acogió, el domingo 24 de noviembre, la anual celebración de la Misa de Enfermos e impedidos, que estuvo presidida por el Ilmo. Sr. Plebán y Vicario Episcopal, D. Juan Melchor Segui Sarrió, asesor religioso de la Asociación de Fiestas de la Purísima, asistido por el resto de su clero parroquial y del P. Guardián de los franciscanos.
La dominical fiesta estalló de alegría, fe y esperanza en la eucaristía, testimonio de vinculación y afianzamiento, de aprecio y cariño con las gentes mayores, que por edad o enfermedad no tienen la dicha de acercarse hasta el gótico templo. Ellos que vieron pasear a la Purísima, en gloriosa manifestación religiosa por las vías de Ontinyent, en esta preciosa mañana, recibieron el sacramento de la Unción en presencia de familiares y devotos.
Fue una nueva oportunidad de compartir la alegría por la rica historia de esta ciudad en este tiempo. Fueron dulces los momentos de mirar y contemplar a la Virgen a los ojos, sentirla cerca, hablarle y contarle sus cosas. Fue un año más un encuentro repleto de vivencias, emociones, recuerdos, rezos y oraciones, que Ella desde su camarín, escuchó unido a los gozos de aleluyas y cantos jubilosos salidos de las gargantas del Coro dels Infants de Sant Josep.
La Purísima, imponente y majestuosa, impregnó la nave gótica, con su belleza. Todos percibieron la sonrisa de una madre cuando después de una conversación pasa su mano por la mejilla del hijo.
Una edición más, la iniciativa, que contó con la ayuda de Cruz Roja, Camareras y Junta de Fiestas y la participación de las residencias locales: La Milagrosa, La Saleta y San Francisco, concluyó con el himno “Sobre el Clariano Señora”, que en su día, y en nombre de esta ciudad, compuso el Mtro. Rafael Martínez Valls y el Pbro. Remigio Valls Galiana.