Rosario de la Aurora | Octubre mes del Rosario

La oración del rosario tiene su origen en el siglo XIII y como protagonista a santo Domingo de Guzmán. La tradición dice que al santo español, fundador de la Orden de Predicadores -los dominicos-, se le apareció la Virgen con un rosario en la mano, le enseñó a recitarlo y le pidió que lo rezara y lo difundiera por todo el mundo. Así, desde ese momento y hasta el siglo XVII, la oración vive un lento pero constante avance entre órdenes religiosas de todo tipo, hermandades marianas y autoridades eclesiásticas. DE ORACIÓN PROPIA DE LOS RELIGIOSOS A ORACIÓN POPULAR A partir del siglo XVII, el rosario vive su auténtico esplendor. En ese momento se convierte en una oración popular, que se reza por las calles en grupos multitudinarios. Es el momento en el que nace la tradición del Rosario de la Aurora, una de las más populares y arraigadas durante el mes de mayo. Con faroles, música y hasta portando imágenes de la Virgen, la gente comienza a salir a la calle a rezar la oración en las primeras horas del día. Se cuenta que la propagación del rosario callejero es una iniciativa del clero sevillano, que más tarde se difundió por Andalucía y finalmente por toda España. A esta devoción contribuyeron personas como fray Pedro de Santa María y Ulloa, al que sus contemporáneos conocían como el 'apóstol del rosario'. En esta época nacen también las cofradías marianas, con el objetivo de fomentar el rezo del rosario entre sus miembros. En el siglo XVIII llegan a concurrir hasta tres y cuatro rosarios en una misma calle, algunos organizados de forma oficial y otros de manera espontánea, lo que obliga a las autoridades eclesiásticas a solicitar que se prohíban aquellos rosarios que no hayan sido organizados por las congregaciones marianas y en determinadas fechas del año litúrgico. Es en esta época cuando nace el dicho popular 'acabar como el Rosario de la Aurora', que la Real Academia Española define como “Desbandarse descompuesta y tumultuariamente los asistentes a una reunión, por falta de acuerdo”. Se desconoce a ciencia cierta si el origen está basado en un hecho real, pero lo que está claro es que el rezo del rosario a horas intempestivas y en alta voz por la calle generó algún que otro conflicto, ya fuera bien con las cuadrillas de mozos que deambulaban de vuelta a casa empapados en alcohol tras una noche de juerga, bien con los vecinos de las calles por las que pasaba la procesión del rosario o bien con alguna otra cofradía que pasaba por la misma calle rezando también el rosario a la misma hora. _________________________________________________________________________________ De todas las devociones a la Santísima Virgen María, el Rosario es la más extensamente difundida entre los fieles. Todo buen católico, amante de la Madre de Dios, debe tener una tierna devoción al rezo del Rosario y obedecer la petición del cielo de rezarlo diariamente. En su forma actual, de acuerdo a la tradición, fue popularizado por Santo Domingo, el fundador de la Orden de los Padres Predicadores, para contener la herejía albigense, que por entonces se estaba extendiendo por todas partes del continente europeo. Este santo divulgó esta devoción para obedecer a una revelación recibida de parte de la Santísima Virgen, a quien había acudido con el mencionado propósito en el año 1206, ya que él habría de encargarse de la propagación de esta devoción, que durante muchos siglos ha producido los resultados más maravillosos en el mundo cristiano. El Rosario consta de quince decenas; cada decena se compone de un Padrenuestro, diez Avemaría y un Gloria. Ninguna otra oración forma parte del Rosario; todo lo demás que se ha ido añadiendo antes o después de cada decena, proviene de piadosas adiciones. Por "misterio" se entiende un suceso de la vida de Nuestro Señor Jesucristo o de su Santísima Madre. Estos Misterios se dividen en tres series de cinco, llamados los Gozosos, los Dolorosos y los Gloriosos. Se ha vuelto una costumbre recitar solamente la tercera parte del Rosario, esto es, cinco decenas, cada día. En este caso, aún cuando cada uno pueda rezar los Misterios Gozosos, Dolorosos y Gloriosos a su elección, lo habitual es decir los Misterios de Gozo los días lunes y jueves, así como los domingos de Adviento; los Misterios Dolorosos suelen rezarse los martes, viernes y los domingos de Cuaresma; y los Misterios Gloriosos habitualmente se rezan los miércoles, sábados y domingos de Pascua y Pentecostés. 1. En el Crucifijo del Rosario, haremos la señal de la cruz, y a continuación podemos rezar el Credo o el Acto de Contrición. 2. En la siguiente cuenta, rezaremos un Padrenuestro. 3. En las siguientes tres cuentas, rezaremos tres Avemaría. 4. En la quinta cuenta, rezaremos un Gloria. 5. A continuación, comienza lo que es propiamente el Rosario. Primero, se debe anunciar el misterio que se va a rezar, y se comienza cada misterio con un Padrenuestro, seguido de 10 Avemaría, al término de las cuales se rezará un Gloria Patri, y la oración dada por el Ángel de la Paz a los tres pastorcitos de Fátima. Ejemplo: "Primer Misterio Doloroso, La Agonía de Nuestro Señor en el Huerto - Padrenuestro, 10 Avemaría, Gloria, oración de Fátima". Esto mismo se hará sucesivamente hasta recorrer las cinco decenas del Rosario. Una vez terminado el rezo de los cinco Misterios, pueden rezarse distintas oraciones, las cuales son opcionales y pueden elegirse según se prefiera. Tradicionalmente, lo que suele rezarse al término del quinto Misterio es 1 Padrenuestro, las 3 salutaciones a la Santísima Virgen María, la Salve y las Letanías Lauretanas.
¿Sabes qué es el Rosario de la Aurora?
Seguro que has oído más de una vez la expresión 'acabar como el Rosario de la Aurora' pero ¿sabes qué es el Rosario de la Aurora?
La eclosión del Rosario de la Aurora
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CÓMO REZARLO