Triduo Pascual

El Jueves Santo, a las 20:00h, comenzamos el Triduo Pascual que se abre con la conmemoración de la Última Cena. Jesús, en la vigilia de su pasión, ofreció al Padre su Cuerpo y su Sangre bajo las formas del pan y del vino y, dándolos como alimento a los apóstoles, les ordenó que perpetuaran la ofrenda en su memoria. El Evangelio de esta celebración, recordando el lavatorio de los pies, expresa el mismo significado de la Eucaristía bajo otra perspectiva. Jesús, como un siervo, lava los pies de Simón Pedro y de los otros once discípulos. Con este gesto profético, Él expresa el sentido de su vida y de su pasión, como servicio a Dios y a los hermanos: “Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir”.A las 23:00 h, recorrimos las estaciones del Vía Crucis por la Vila, representadas por los miembros del Movimiento Juvenil.
El Viernes Santo a las 18:00h, comenzamos los oficios, meditamos el misterio de la muerte de Cristo, adoramos la Cruz, y comulgamos el cuerpo de Cristo reservado en el Monumento. En los últimos instantes de vida, antes de entregar el espíritu al Padre, Jesús dijo: “Todo se ha cumplido”. Significa que la obra de la salvación está cumplida, que todas las Escrituras encuentran su pleno cumplimiento en el amor de Cristo, Cordero inmolado. Jesús, con su Sacrificio, ha transformado la más grande iniquidad en el más grande amor.
El Sábado Santo es el día en el cual la Iglesia contempla el “reposo” de Cristo en la tumba después del victorioso combate en la Cruz. En el Sábado Santo, la Iglesia, una vez más, se identifica con María: toda su fe está recogida en ella, la primera y perfecta discípula, la primera y perfecta creyente. A las 11:00h, celebramos el Oficio de Tinieblas. Y por la noche a las 22:00h, en la gran Vigilia Pascual, en la cual resuena nuevamente el Aleluya, celebramos a Cristo Resucitado, centro y fin del cosmos y de la historia; vigilamos plenos de esperanza en espera de su regreso, cuando la Pascua tendrá su plena manifestación. Entramos en la iglesia tras el cirio encendido que representa a Cristo, columna de fuego y de luz que nos guía a través de las tinieblas y nos indica el camino, escuchamos cantar tres veces “Luz de Cristo” mientras se encendieron en el cirio recién bendecido todas las velas de la comunidad cristiana. Después escuchamos el canto del Pregón Pascual. Esta noche la comunidad cristiana se detiene más de lo ordinario en la proclamación de la Palabra. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan de Cristo e iluminan la Historia de la Salvación y el sentido de los sacramentos pascuales. Renunciamos al mal y renovamos las promesas del Bautismo. Terminamos en la capilla de la Purísima saludando a la Virgen con el canto Regina Coeli. Después nos trasladamos al colegio La Milagrosa para felicitarnos y celebrar la Pascua con el chocolate y mona.